domingo, 28 de febrero de 2010

TINDERSTICKS Falling down a Mountain

Sobran las palabras, en realidad no las encuentro, o quizás es que no las haya para describir el efecto, la dependencia, que la música de Tindersticks produce en mí. Me siento estúpido y la frase que reza al pie del título de este blog carece de sentido.

No obstante, quisiera dar un empujón, para que retomen el viaje, a quienes en algún momento de su trayectoria, sobre todo después de su trilogía inicial (TINDERSTICKS, TINDERSTICKS II & CURTAINS), se bajaron del tren y, con ellos, a todo aquel que sin saber de los de Nottingham, tenga un mínimo de curiosidad por descubrirlos.

Tras un largo paréntesis en que los discos en solitario y otros proyectos paralelos de Stuart A. Staples sólo nos ayudaron a quitar el hambre sin saciar el espíritu, su regreso con el extraordinario THE HUNGRY SAW fue mi particular Nº.1 del 2008. Su continuación, tan sólo dos años después, suena tan fresco como el mejor de los debuts posibles y, a la vez, tan sobrado de clase que conquistará por igual tanto a los amantes del “sonido Tindersticks” como a los inquietos buscadores de nuevas direcciones.

No voy a detenerme en valorar las canciones de forma individual, el álbum en conjunto es una maravilla y creo que debe ser escuchado de principio a fin, pero sí destacar que “Harmony around my table” encajaría perfectamente en su primer disco, que “Peanuts” es el dueto marca de la casa que, para la ocasión, une las voces de Stuart y Mary Margaret O’Hara, que “She rode me down” es la canción por la que Calexico venderían su alma al diablo y “Black smoke” el single perfecto por el que a cualquier otro músico no le importaría arder para siempre en el infierno.

SUCEDIÓ HACE UN AÑO EN SAN SEBASTIÁN
La tarde es fría y lluviosa. Un bar cercano al Victoria Eugenia me presta cobijo y, con ayuda del vino, un poco de calor hasta que una tregua me permite llegar al teatro sin calarme hasta los huesos.

El telonero, DAVID KITT, me transporta a este mismo lugar dos años atrás, cuando su música sonaba por los altavoces de ambiente en los instantes previos de la salida a escena de Patti Smith. El irlandés, al más puro estilo “Juan Palomo”, con una guitarra eléctrica, un ordenador portátil y un monton de pedales, repasa los temas de su recomendable “Not Fade Away” y se despide con una version de “Teardrops” de Womack & Womack. Debió de haber tan buen “rollo” en esa gira conjunta que ahora David ha pasado a formar parte de la banda que aquella noche era cabeza de cartel.

20 minutos de descanso y... piano, bajo, guitarras eléctrica y acústica, violonchelo, batería, trompeta y saxos, teclados, xilófono, además de panderetas y maracas... arropan ¡esa voz! Con unos registros capaces de tapar al bajo y que más de uno pudiera pensar que está tratada en el estudio, pero no, en el escenario, donde no se puede dar gato por liebre, esa voz retumba en las tripas y te marca el ritmo del corazón.
El publico, guardando un silencio respetuoso, tiene miedo hasta de respirar. El climax dura lo que dura cada canción y un educado –“Thank you” da paso al –“one, two, three... one two three for” con que Staples introduce la siguiente dosis de emoción.

El tiempo transcurrido no me permite recordar cuántas ni qué canciones tocaron exactamente, sí que cayó más de media docena de su recién publicado “The hungry saw”, que desde entonces “Boobar, come back to me” es mi favorita, aunque la canción que más sangre hizo bombear a mi corazón fue “Her” y que, cuando todo terminó, era incapaz de levantarme de mi asiento, hasta el punto de que el personal del teatro tuvo que invitarme a abandonar la sala, supongo que en el desesperado intento de saborear hasta el último suspiro, de aplazar el final de lo que acababa de vivir.

En el exterior, el invierno se ensaña sobre la ciudad aquel 10 de febrero y a mí me esperan doscientos kilómetros de noche oscura y lluviosa.
No me importó.

2 comentarios:

  1. ¡Saludos, Coco!
    Creo que no hace falta que te refresque la memoria porque recuerdas bastante bien el concierto, pero si quieres ver algunas fotos pásate por aquí.
    http://foteropanico.blogspot.com/2009/02/concierto-de-tindersticks-en-el.html
    El texto, en esta ocasión, no es mío, sino de uno de los compañeros que a veces escriben invitados en el blog...
    ¡Saludos!

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  2. Gracias por permitirme usar tu foto. Un honor y un placer.
    He comenzado en este mundo hace una semana, animado, entre otras cosas, por gente que prefiere leer mis relatos que escuchar mis atropelladas palabras.
    Me he dado una vuelta por tu blog y por tu galería fotográfica y revivo momentos, conciertos (desde Patti Smith a Leonard Cohen) que quizás algún día me anime a publicar.
    MUCHÍIISIMAS GRACIAS!

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