jueves, 26 de mayo de 2011

Jerry Fish & The Mudbug Club - The Beautiful Untrue

Con un par de años de retraso, llega a mis manos "The Beautiful Untrue". Hay artistas reñidos con los medios, ignorados cuando menos, y saber de su existencia, en un tiempo en que la información es un castigo que tenemos por exceso, resulta un poco más complicado de lo que en justicia debiera ser de no estar rodeados de tanta paja. Es curioso porque lo que ha motivado la publicación en España del último trabajo de este “desconocido” es el boca a boca provocado por la inclusión de una de sus canciones en un spot publicitario las pasadas navidades.

Para quienes un día comprábamos los discos de AN EMOTIONAL FISH, el debut en solitario de su líder y cantante tras años de retiro fue una sorpresa y, como casi siempre, una decepción para quienes no toleran que sus adorados admirados se aparten del camino que les llevó hasta ellos. Lo único que conserva Gerard Whelan de su anterior banda es el sustantivo “fish” y una energía innata a la hora de cantar.

Me veo frente al televisor, en realidad, haciendo cualquier cosa mientras suena la tele de fondo. Las manecillas del reloj todavía no han pasado la raya de 1990 y dos cadenas (la primera y la segunda, también conocida como UHF) monopolizan la caja tonta. No me pregunten en cual de los dos canales se estaba emitiendo un programa (queda mejor magazín) de entrevistas donde, como si del show de David Letterman se tratara, los artistas invitados actuaban en directo y cuyo presentador, de nombre desconocido o ahora no recordado por mí, introdujo a la banda como “un pez enamorado”:

No tarde mucho en comprar su debut. Por aquel entonces había una tienda de discos en Santoña y si encargabas alguno te lo traían a los pocos días. Irlanda, a mis veinte años, era un paraíso imaginario y bandas como Hothouse Flowers, Energy Orchard, Power of Dreams, The Waterboys (que se habían mudado a la isla), In Tua Nua, Dexys Midnight Runners e, incluso, U2 (antes de que alguno se embriagase de megalomanía) eran protagonistas de aquellas TDK grabadas sin saber muchas veces a quién o para qué. Desde entonces, nunca faltó en ellas un tema de An Emotional Fish.

Para su segundo disco, quisieron dar un paso adelante. U2 se “atrevían” con "Achtung Baby", An Emotional Fish se ponían en manos de Dave A. Stewart para grabar "Junk Puppets" y telonearon a los primeros durante parte del Zoo TV, pero... como pasa tantas veces, un gran disco no siempre va acompañado de grandes ventas (sobre todo fuera de su Irlanda natal) y la vorágine de las giras y las expectativas acaba por engullir a las bandas que se quedan a medio camino. Con el tercero, "Sloper", pusieron punto y final. En palabras del propio Gerard Whelan: -“... lo dejé todo, ya no me interesaba sonar en las radios, y eso que he visto a gente morirse por no tener éxito comercial. Me fui a mi casa, con mi hija”. Regresó diez años después, todavía tenía cosas que contar pero ahora de manera bien distinta a cuando el adjetivo “emotional” le precedía. Jerry Fish & The Mudbug Club publicaron "Be Yourself" en 2004: --“...No esperaba volver a tener éxito, pero lo he tenido, y he vuelto al juego.

Su voz conserva la energía de la juventud pero con el tono de la madurez. Desconozco si con la ayuda del tabaco y el alcohol o simplemente de la edad, pero sus cuerdas vocales están cerca de los dominios de Tom Waits, hay quien cita sin complejos a Leonard Cohen, y quizá haya algo de "I’m Your Man" en su nueva reencarnación. Puede sonar cabaretero y canalla como Willy DeVille, romántico como Neil Diamond y trágico como Scott Walker, tiene maneras de crooner pero con una banda de swing o de mambo tras de sí, cierras los ojos y te puedes imaginar a los Calexico tocando en New Orleans. Y, por si fuera poco, vio en Imelda May lo que ahora todos presumen de descubrir. Con ella grabó hace más de dos años un disco que servidor, librándose de las cadenas de la actualidad, lo va a colocar en lo más alto del presente 2011.

--“¿Sabes? Hay un dicho de los indios americanos: si uno es infeliz es porque está pensando en el futuro o en el pasado, porque no hay infelicidad en el presente”. Gerard Whelan.

Tiene un pasado del que no reniega; en justicia, un futuro mucho mejor; pero, sobre todo, un presente con razones (canciones) para ser feliz.

lunes, 23 de mayo de 2011

Sarah Lee Guthrie & Johnny Irion – Bright Examples


Escuchas “Ahead of Myself”. Es el principio pero podría ser el final. Te olvidas del resto. Hace tres minutos que no existe el resto.
Te dejas llevar.
El viento te acaricia, el sol calienta lo justo, huele a salitre. Las olas se acercan, lentamente se van. La marea está bajando, se retira pero se resiste.
Te dejas mojar.


No sabes y no importa si pertenecen al presente o proceden de un pasado en el que un disco como "Bright Examples" sonaría en las radios comerciales y vendería un millón de copias. The Carpenters, hace un montón de años, o The Jayhawks, hace no tantos, hubieran podido componer canciones como las de esta preciosidad de álbum. Sí, precioso, no soy muy original pero es el adjetivo que mejor define el segundo álbum compuesto y cantado por la nieta de Woody Guthrie y su marido.

Suena “Bright Examples” (la canción). Es el final pero podría haber sido el principio. Durante cuarenta minutos he dejado de pensar en otra cosa que no fueran sus voces, en realidad, ni siquiera he pensado en ello, simplemente he perdido la conciencia del resto. El mar me ha alcanzado y no he hecho nada por evitarlo, podría no haber estado nunca ahí, mis huellas se han borrado.

Tenía la intención de comentar el último trabajo de Sarah Lee Guthrie & Johnny Irion pero me resulta casi imposible hablar de música. Me llevé su disco al mar y me traigo sensaciones y un montón de arena pegada a mis pies. Les remito a la página de uno de los programas de radio con mejor gusto (sobre todo porque muchas veces coincide con el mío) que se puedan escuchar en este país: Hotel Arizona. Ellos saben de lo que hablan. No hay mucho más que añadir, sólo el efecto que produzca en cada uno y eso es algo muy personal y que muy pocos discos pueden provocar.

Déjense atrapar por las olas.

martes, 17 de mayo de 2011

Destroyer – Kaputt


Dan Bejar es un genio con voz de geniecillo, una voz que se agarra a tu cabecita y te sorprendes una y otra vez tarareando, imitándola, en un tono encantadoramente insoportable. Gana dinero gracias a su aportación en los discos de The New Pornographers y casi seguro que muchos de nosotros le habremos descubierto con alguna de las canciones de la banda, sin embargo como da rienda suelta a sus verdaderas inquietudes es bajo el “alter ego” de Destroyer.

Confieso que al escuchar por primera vez su último álbum me resultaba extrañamente familiar y no sabía exactamente por qué, hasta que leída una entrevista publicada en el número de marzo de ROCKDELUX encontré una respuesta a mis sensaciones: Preguntado por el sonido del disco, responde: “-… supongo que simplemente pensé en los sonidos de mi juventud. Cualquier canción que hubiera podido escuchar en los veranos que pasé con mis primos en la Costa Brava…” (resulta ser de madre canadiense y de padre granadino).
El momento en que la música entró en su vida no difiere mucho, ni en el tiempo ni en el espacio, al mío, así que "Kaputt" reproduce en mí la ilusión de un viaje en la máquina del tiempo que nos sitúa en los amados por unos pocos y odiados por la mayoría (musicalmente hablando) años 80’s. Siendo un adolescente jugabas a ser diferente al resto y repudiabas una música que tu generación bailaba y canturreaba porque era lo que inevitablemente se escuchaba no importando la hora ni el lugar. Empezabas a quemar la segunda década de una vida todavía por vivir y el subconsciente iba registrando retazos de existencia, imágenes y, sobre todo, sonidos.
Veinticinco años después, Bejar (cuya fecha de nacimiento supongo no muy lejos de la mía) nos muestra la huella que dejaran en él pistas de baile y emisoras de radio. Un baño de hedonismo, reconfortante para un espíritu necesitado de placer sin razón, capaz de inducir a tu pie izquierdo a seguir los pasos del derecho (bailar ya sería demasiado, todavía no he perdido el juicio).

New Order es el referente más fácil y evidente en canciones como “Savage night at the opera”; el pop inocente de Prefab Sprout, el más cool y refinado; Roxy Music, el que cita el propio artista como una obsesión, recordándome que mucho tiempo atrás "Avalon" fue uno de mis discos favoritos. Hace mucho desde entonces y me daría vergüenza reconocerlo ahora, pero ese disco fue lo primero que escuché en la voz de Bryan Ferry, me descubrió la clase de Phil Manzanera y Andy Mackay y, además, me hizo retroceder a un tiempo en el que las portadas de sus discos eran mucho más... explícitas y un tal Brian Eno no sabía muy bien que camino tomar, pero nos vamos a los 70’s y no era mi intención. Un secreto: todavía recurro a él muy a menudo y se disfruta hasta de los silencios.

Mi New Pornographer favorito aúna en un disco a todas esas bandas que vendieron cientos de miles de copias, algunas menos confesables que otras (las ya citadas, más Everything but the Girl, Blue Monkeys, Deacon Blue, Steely Dan, Chris Rea… y cien o doscientas que no recuerdo o no quiero recordar) pero que nadie se lleve las manos a la cabeza, lo hace, sin pretenderlo, facturando un disco cuidado, una puta delicia, especial, incluso arriesgado, que te deja con la sonrisa gilipollas de la felicidad. Cuidados arreglos, con la voz de Sibel Thrasher doblando a Dan Bejar y una producción limpia con saxos y sintetizadores disputándole el primer plano a las guitarras. No importa si aquellos tiempos fueron difíciles, nos quedamos sólo con los buenos momentos, recordados con una música de fondo que, aunque a muchos les cueste reconocerlo, resulto ser maravillosa en un momento en que no nos dábamos cuenta de ello.

¿Uno de los mejores álbumes de 2011? Uno de los que más placer me reportará al escucharlo. Como mirar fotos en blanco y negro, de esas que tenían los bordes recortados, pero ya no somos los niños que aparecían en ellas, nos vemos maduros y… felices.

I can't walk away, you can't walk away...
Yo no puedo escapar, no quiero escapar, tú tampoco podrás hacerlo... la fecha de nacimiento no importa mucho.

lunes, 9 de mayo de 2011

Simple Twist of Fate


Se sentaron juntos en el parque
mientras el cielo de la tarde se oscurecía.
Ella lo miró y el sintió un cosquilleo en los huesos.
Entonces se sintió solo...


Este mes Robert Zimmerman cumple 70 años y yo me quiero unir a la fiesta. Nunca he sido un fanático del de Duluth pero sin rubor reconozco que es el más grande artista popular, músico, compositor, escritor, poeta y novelista, el más influyente, único (y mira que le han nacido sucesores y crecido imitadores). Sus canciones soportan mil interpretaciones (también es el más versionado, por supuesto) y escuchadas en su voz (¿alguien se atreve a decir que canta mal?) siempre suenan especiales. Folk, rock, gospel, blues, soul, country, pop, villancicos, americana… BOB DYLAN.

Hay cientos de dylanitas con infinitos conocimientos acerca de su persona y su obra como para permitirme la osadía de escribir nada original. Les remito a Joserra y su Rock’n’Rodri Land (todo el mes de mayo dedicado al próximo septuagenario y toda la semana a un disco en particular), organizador de una fiesta exposición que temo me perderé porque en la vida renunciar a pequeñas cosas es la única manera de disfrutar de lo más importante (haré todo lo posible porque no sea así); y si se quedan con ganas de más, Lou Rambler les cuenta cuales son sus diez de Dylan.
En lo que a mí respecta, por esta vez (quizá solo me atreva a repetir con ocasión del 80 cumpleaños), quiero sacar de dudas a quien pudiera pensar que Dylan no era santo de mi devoción. Es Dios.

Hablamos del mejor y más prolífico escritor de canciones. En calidad SÓLO Leonard Cohen se puede codear con su poesía y su capacidad para musicar historias, en cantidad, hace tiempo que es inalcanzable. Por tanto, la tarea de elegir es ¿imposible? Quizá las canciones de “Blonde on Blonde” sean las que más he desgastado, o quizá fuese “Highway 61 revisited” si lo tuviera que decidir en una fracción de segundo, el que siempre tienes en mente, “Desire” por ser el primero que tuve entre mis manos, “Oh Mercy”, el primero que compré, o “Slow train coming” porque siempre me gustó llevar la contraria, o “Time out of mind” cuando lo hago con las tripas... pero denme unos minutos para pensarlo y... me decantaré por “Blood on the tracks”. Su voz, el sonido de las guitarras acústicas, la rabia y la tristeza, la esperanza y la desesperación, el amor. Supongo que hay discos que se te presentan en el momento justo en el lugar adecuado.
Sus canciones las había escuchado separadamente, como cualquier mortal aun sin darse cuenta de ello, un par de cientos de veces, pero fue la primera vez que me tumbé (literalmente, en el campo, con los auriculares) para escucharlo de un tirón, desde “Tangled up in blue” hasta “Buckets of Rain”, que me quedé absolutamente prendado del álbum y, entre todas ellas, “Simple Twist of Fate” es de las que se te clavan, ¡hostia! Mucho tiempo después, no hace muchos meses atrás, me sentía protagonista y me gustaba recrearme en el dolor de cada verso, luchando por mantener la dignidad cada vez que una nueva escucha conllevaba el recitado de la última estrofa.

La gente me dice que es pecado
saber y sentir tan profundamente
Yo creo aun que era mi alma gemela, pero perdí el anillo.
Ella nació en la primavera, yo demasiado tarde
Tuvo la culpa un simple vuelco del destino.


Respecto a The Pan within, comentaba cómo cambian las canciones cuando parece que hubieran sido escritas por o para ti, cuando la historia deja de pertenecer a su autor para ser tuya. Es difícil de explicar, y me imagino que mucho más de comprender, porque muchas de ellas las tenía ya dentro incluso antes de que su letra corroborara mis sentimientos. No sucede muchas veces, pero cuando ocurre...

Mantiene Santi Campos (el lider de Amigos Imaginarios, el mejor grupo que hay en este puñetero país donde las revistas musicales se olvidan siempre de ellos a la hora de confeccionar listas) que el momento de las canciones es justo cuando las historias que cuentan ya nos han dejado de doler. Es el punto de vista del mejor compositor de... este puñetero país... No pretendo equipararme, pero cuando escribo un artículo en este pequeño escaparate relativo a mi persona, suelo hacer lo mismo: lo publico sólo cuando ya me ha dejado de doler.
Hace nueve meses no hubiera podido escribir sobre “Simple Twist of fate”. Ahora puedo escucharla, cantarla y no perder la compostura. Y lo que es mejor, ahora veo en “You're Gonna Make Me Lonesome When You Go” un precioso poema de amor donde antes veía una despedida, y me refugio en “Shelter from the storm”, yo que siempre había preferido calarme hasta los huesos, cada vez que -“ella dijo: pasa, te doy cobijo en la tormenta”.

Es la vida, el destino gira, muchas veces inesperadamente, y gira. Algunos de nosotros estamos condenados a encontrarnos, otros a separarnos cuando parecía que nunca fuera así. Él supo contarlo de manera que sus textos ya no le pertenecen, a nosotros nos toca vivirlo. Cuarenta años después, las canciones nos cuentan exactamente lo que ocurre ahora con palabras que no caducarán jamás.

Porque ese “simple vuelco del destino” ahora tiene una lectura positiva.

... él sintió que el calor de la noche lo arrollaba como un tren de carga
movido por un simple vuelco del destino.

lunes, 2 de mayo de 2011

The Waterboys - In a special place

Well here we are in a special place
What are you gonna do here?
Now we stand in a special place
What will you do here?


Con estos versos comienza una Puta Obra Maestra cuya portada encabeza la lista de discos que metería en la maleta camino de mi isla desierta. La maleta sin la cual posiblemente preferiría ahogarme.
Con esos versos comienza la canción con la que contesto a quien me pregunta qué es eso de la BIG MUSIC (nunca nadie me lo preguntó, pero yo me lo he contestado mil veces).

Suscrito al correo de la Web oficial de The Waterboys, hace cosa de un mes recibí un e-mail cuyo contenido, más o menos, era el siguiente:
Estamos encantados de anunciar el lanzamiento para el próximo 25 de Abril de “In A Special Place”, un álbum de las demos que Mike Scott grabó, con su voz y el piano como único apoyo, en el comienzo de las sesiones para el clásico “This is The Sea”. Estas grabaciones, nunca antes escuchadas por nadie más, incluyen las primeras versiones de “Don’t bang the drum”, “The Pan within”, “Be my enemy” y “The whole of the moon”, además de varias preciosidades nunca antes pirateadas, interpretadas en directo o siquiera objeto de rumor, incluyendo “Winter in the blood”, “The woman in me”, “All the bright horses”, “Looking for Dickon” y “Paris in the rain”. Un total de 15 canciones seleccionadas por el propio Mike Scott. Lee las notas de Mike aquí. El álbum será publicado por EMI en CD y descarga.

Yo no me atrevo a decir mucho acerca de la cumbre artística de Mike Scott y sus Waterboys (aunque con esto quede todo dicho). El álbum sin el cual no podría naufragar, el más inmediato, el más difícil, el más intenso, el que tiene sus mejores canciones, alguna de mis favoritas de todos los tiempos (“The Pan within”) y alguna de las favoritas de mucha gente (“The whole of the moon”).

"In A Special Place" ya está en la calle. Quizá sólo sea un disco para fans, para quien ya esté enamorado de las canciones tal y como las conocíamos. Quizá.
De cualquier forma es la coartada perfecta para que, después de más de un año y noventa y pico, llamémosles, artículos, hable (¡por fin!) de The Waterboys.

"This is The Sea" es de esos álbumes que en lugar de canciones contiene emociones, las de una banda más o menos estable de la que ya tenía un pie fuera Karl Wallinger, ansioso por experimentar sensaciones que su jefe no estaba dispuesto a tolerar y a las que daría rienda suelta en su proyecto World Party. Una banda en la que el violín de Steve Wickham remataba la que es una de "mis canciones", de esas a las que recurres sin importar el motivo ni el momento, pero también de esas que te gustaría cantar a una persona en concreto, de esas que cambian de significado cuando encuentras a esa persona: “The Pan within”.
Les cuento la historia: En la búsqueda de los arreglos finales para la canción, Mike Scott invitó al estudio a Steve Wickham, a quien había escuchado en unas demos grabadas en casa de Karl Wallinger que por entonces estaba trabajando con una desconocida Sinead O’Connor. A la fiesta de las primeras grabaciones de la irlandesa también estaban invitados The Edge y el violinista que puso sus cuerdas en “Sunday Bloody Sunday”, ¿les suena la canción? El flechazo debió de ser instantáneo (musicalmente hablando) porque Wickham se unió a la banda y se llevó a The Waterboys a Dublín a grabar su siguiente álbum. Terminaron con sus huesos en Spiddal donde las verdes tierras dieron sus frutos: decenas de canciones entre las que elegir las que conformarían "Fisherman’s Blues". A partir de aquí ya conocen el resto.

Retrocedamos de nuevo a 1985. Hasta la portada es una Puta Obra de Arte. 26 años más tarde el blanco y negro de aquel disco que alguien me grabó en una TDK de 46 minutos verá la luz desnudo, tal y como sus canciones fueran paridas por el mejor compositor de los últimos 30 años. Textos aun por pulir, canciones sin vestir, algunas de las cuales guardadas hasta nuestros días. El secreto de su magia quizá resida en donde fueron escritas. Paseando por New York, en una tienda de brujería, entre pócimas y objetos inimaginables, Mike encontró un misterioso libro, "a book of shadows", cuyas páginas, todavía vírgenes, estaban destinadas a recopilar conjuros y rituales. A su vuelta a Londres, cada nota, cada verso, cada idea que formaría parte del nuevo álbum de The Waterboys, quedó registrado en el citado libro. Dice el propio Mike Scott que es posible que no fuera más que papel pero de alguna forma un impulso le inducía a la escritura en sus páginas y que al hacerlo sentía como las canciones adquirían vida.
Emociones, las del mejor compositor de los últimos 30 años.

Come with me on a journey beneath the skin
Come with me on a journey under the skin
And we will look together for the Pan within

Close your eyes, breathe slow and we’ll begin
Close your eyes, breathe slow, we will begin
To look together for the Pan within, within...

Swing your hips, loose your head, and let it spin
Swing your hips, loose your head, and let it spin
And we will look together for the Pan within
Close your eyes, breathe slow, we’ll begin
Close your eyes, breathe slow, we will begin
To look together for the Pan within, within

Put your face in my window, breathe a night full of treasures
The wind is delicious, sweet and wild with the promise of pleasure
The stars are alive and nights like these were born to be
sanctified by you and me, lovers, thieves, fools and pretenders
and all we gotta do, all we gotta do, all we gotta do,
all we gotta do, all we gotta do, all we gotta do is surrender,
all we gotta do is surrender, surrender, surrender

Come with me on a journey beneath the skin
Come with me on a journey beneath the skin
And we will look together for the Pan within

Close your eyes, close your eyes,
Close your eyes, breathe slow, we’ll begin
we’ll begin, we’ll begin, we’ll begin, we’ll begin...
we’ll begin, we’ll begin to begin
Yo no tengo "un libro de sombras", sólo un miserable blog con el que me engaño jugando a escribir. Sin embargo, es increíble como cambian las canciones cuando cobran vida, y para ésta yo ya he encontrado a quien cantársela, con quien vivirla.
Veintitantos años escuchándola. Ahora sintiéndola.

Ven conmigo de viaje bajo la piel, ven conmigo de viaje bajo la piel. Y juntos buscaremos al Pan* que llevamos dentro. Cierra los ojos, respira lentamente y comenzaremos. Cierra los ojos, respira lentamente, comenzaremos a buscar juntos al Pan que llevamos dentro, dentro. Mueve tus caderas, pierde la cabeza y déjala girar. Mueve tus caderas, pierde la cabeza y déjala girar. Y juntos buscaremos al Pan que llevamos dentro. Cierra los ojos, respira lentamente, comenzaremos. Cierra los ojos, respira lentamente, comenzaremos a buscar juntos al Pan que llevamos dentro. Pon tu cara en mi ventana, respira una noche llena de tesoros, el viento es delicioso, dulce y salvaje con la promesa del placer. Las estrellas están vivas y noches como ésta nacieron para ser santificadas por ti y por mi, amantes, ladrones, locos y prometidos. Y todo lo que tenemos que hacer, todo lo que tenemos que hacer, todo lo que tenemos que hacer, todo lo que tenemos que hacer, todo lo que tenemos que hacer, todo lo que tenemos que hacer es entregarnos. Todo lo que tenemos que hacer es entregarnos, rendirnos, entregarnos. Ven conmigo de viaje bajo la piel, ven conmigo de viaje bajo la piel. Y juntos buscaremos al Pan que llevamos dentro. Cierra los ojos, cierra los ojos, cierra los ojos, respira lentamente, comenzaremos, comenzaremos, comenzaremos, comenzaremos, comenzaremos, comenzaremos, comenzaremos, comenzaremos... comenzaremos a comenzar.

*PAN. De la mitología griega. El dios de la fertilidad y de la sexualidad desenfrenada. Dotado de una gran potencia y apetito sexual, se dedicaba a perseguir por los bosques, en busca de sus favores, a ninfas y muchachos.
Podría ser traducido por sátiro, diablillo, vividor... y a él le debe su apellido Peter, el niño que no quería crecer en el país de Nunca Jamás. Tradúzcanlo como quieran pero no hagan como cuando tiempo atrás, buscando un significado literal, el dicccionario de inglés-español me engañaba con olla o cazo y yo no entendía qué cojones quería decir Mike Scott con ello.