viernes, 29 de abril de 2011

Twilight Hotel - When The Wolves Go Blind

Pasó casi desapercibido (en España, no así en Europa o en su Canadá natal donde ganaron algún que otro premio de esos que ahora Arcade Fire coleccionan), se mereció infinita mejor suerte, no apareció en ninguna lista, al menos que mis ojos escudriñaran, pero... "Highway Prayer" llegó a mis oídos, cayó en mis manos y... se quedó en mi discoteca poniendo banda sonora a parte del ya lejano 2008. Un tesoro escondido cuyo mapa nos pasamos unos a otros confidencialmente, con el celo de quien tiene el privilegio de disfrutar casi en exclusiva de quienes sabemos que difícilmente conquistarán el corazón de las masas, en realidad, deseamos que no sea así.

Pues si "Highway Prayer" fue el álbum gracias al cual conociste al amor de tu vida, "When The Wolves Go Blind" es por el que le pedirías que se case contigo. La primera de las... obras maestras del presente ejercicio. El disco que escuchas y asocias a Antes Ciego Que Sordo, la música que le gusta a Coco, un clásico por estos dominios.

Twilight Hotel son Brandy Zdan y Dave Quanbury. Ambos se hacen cargo de prácticamente todos los instrumentos y ambos cantan, en realidad se pasan el testigo, el protagonismo, sin abusar del formato de dúo vocal que les asociaría irremediablemente a unas cuantas parejas de conocidos y, sin embargo, son las voces, juntas o por separado, lo que les diferencia del resto de grupos que metemos en el saco del “americana”.
Crean un sonido que hace honor a su propio nombre: crepuscular. Penetrante, y delicada, dolorosa a veces, su música a los más avezados les puede remitir a las producciones de T-Bone Burnett, a los menos entendidos quizá les sitúe en mitad del desierto, perdidos en el bosque, haciendo realidad sus sueños en New York, enamorándose de Memphis, recorriendo el barrio antiguo de New Orleans o en la noche que dejamos Nashville, siempre bajo la única luz de la luna en pugna con un sol que se retira sabiéndose perdedor.

Se han mudado a Austin, Texas, contrariamente a lo que fuera lógico pensar, para huir de las raíces americanas, mutar su sonido y contaminarse de mil influencias provenientes del otro lado del océano que nos separa. Un acordeón les acerca al Mediterráneo y a bandas como Devotchka o unos 16 Horsepower menos apocalípticos (“What do I know about love?”), el saxofón de “The darkness” convierte a Brandy en cantante de jazz, y el contrabajo de “Ham radio blues” a Dave en rocker con tupé, pero siempre sin abandonar el desierto, el claroscuro, las guitarras acústicas y las voces que les identifican y les hacen tan especiales. Tan especiales como un día lo fueran los Cowboy Junkies, quizá la referencia más obvia, otros canadienses en cuyas manos no sería difícil imaginar “Frozen town” o “When I’m gone”, piezas deudoras de la voz de Margo Timmins y la cadencia ralentizada que sus hermanos convirtieron en distintivo de clase.

3 comentarios:

  1. Pues sí, suenan tan bien como tú los describes.
    Me acabo de convertir.
    Saludos

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  2. Gracias por descubrirme este pequeño tesoro, son una delicia. Cuando tropezé con tú página casi me da un vuelco el corazón, yo siempre he dicho a mis amigos que prefiero ser "antes ciego que sordo", y ellos no lo entienden... Felicidades por tú blog!

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  3. When The wolves go blind va directa al corazón! Un refugio al que volver siempre que necesites

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