lunes, 8 de marzo de 2010

Oh Fernando I'm so sorry for the love you saved for me


De Dayna Kurtz se han escrito ríos de tinta, quizás sólo navegados por curiosos y aficionados de buen gusto, pero basta con echar un vistazo al Google para leer veinte o treinta comentarios acerca de sus discos y conciertos, y siempre positivos. Aún con todo, sus conciertos no son, como cabría suponer, multitudinarios, apenas cien, doscientas, trescientas personas puede reunir en el mejor de los casos, lo cual, si cabe, hace sus actuaciones mucho más atractivas, caviar para los elegidos. Todo el que sabe cómo se las gastan Elliott Murphy o Joe Henry sabe de lo que estoy hablando.

Sala Rocambole, Santander. 7 /05/2005.
La sala Tropicana de Santoña (recién inaugurada aquel glorioso 8 de Abril) ha cerrado temporalmente y la actuación de DAYNA KURTZ + TARANTULA A.D. programada en ésta, se traslada al Rocambole santanderino. No hay mal que por bien no venga, el local, por acústica y por tamaño, es mucho más apropiado para disfrutar a este tipo de artistas. Procedente de New York, pero después de haber recorrido los Estados Unidos de este a oeste, goza del apoyo casi unánime de la crítica, rendida ante su disco de debut: “Potscards from downtown”. Ya tiene en el mercado un segundo álbum, “Beautiful yesterday” (casi en su totalidad de versiones) y nos lo viene a presentar.

Los Tarantula A.D. (que en la actualidad han cambiado su nombre por Priestbird) son tres sobre el pequeño escenario (batería, chelo y un curioso guitarra-bajo) y se bastan para conseguir un sonido intenso pero emocionante, temas instrumentales cercanos al post-rock pero, a la vez, también cercanos a un público que no tardó en llenar la sala. Entre ese público, justo detrás de mí, una chica -vaso de whiskey en mano- les ovaciona más apasionadamente que el resto, parece ser la única entre la audiencia que no acaba de descubrir al trio también procedente de la Gran Manzana. Nadie en la sala ha caído en la cuenta, pero... reconozco junto a mí a ¡Dayna Kurtz! La timidez me puede, así que tengo que armarme de valor para –aprovechando un intervalo entre canción y canción de los teloneros- soltar un: -“Dayna I love your music”- Lo siento, nunca he sabido que decir a un desconocido, y a un artista mucho menos. Su respuesta: un enorme –“Thank you very much” y una sonrisa sincera, fueron suficientes para mí. Un par de canciones después, sin dejar que los Tarantula se bajen del escenario (pues harán las veces de grupo de acompañamiento), la chica –toda una mujer de casi dos metros, pero con una mirada que denota su juventud- se sube a la tarima , saluda al respetable alzando su whiskey y echando un traguito en señal de –“esta va por vosotros”, se arranca con “Amsterdam crown”. Silencio absoluto, ¡joder qué voz!, penetrante, poderosa, da la sensación de que el escalofrío que recorre mi espalda lo hace simultáneamente por cada uno de los allí presentes.
Esa noche escuche “Nola” por primera vez (New Orleans es la hermana –“... a little puta” de New York), esa noche escuché la versión más emocionante de “Everybody Knows” que nunca escucharé, esa noche sobrevoló la sala el espíritu de Nina Simone ("Fred Astaire"), esa noche todos nos acordamos de Tom Waits ("Somebody leave a light on"), esa noche hizo suya para siempre el “Joy in repetition” de Prince, esa noche... fue una de esas noches en las que la magia está presente, y eso es muy difícil de describir.
Después he disfrutado de su directo en diferentes ocasiones: en el Azkena (solas ella y su guitarra), o en el Antzokia (con Peter Vitalone vistiendo las canciones con piano y acordeón, ¡que gran concierto!), también, de vez en cuando, le echo un vistazo al DVD “Postcards from Amsterdam” (acompañada por una formación más próxima al jazz), y les puedo asegurar que nunca ha vuelto a alcanzar la intensidad, el dramatismo, que los Tarantula A. D. le conferían a sus canciones.

Uno año más tarde sale a la luz “Another black feather” y entre sus canciones, “Nola” (en agosto el Katrina asoló New Orleans y la canción, aunque anterior al huracán, se convierte en el homenaje de Dayna a una ciudad que quiere sobre todas las demás) y justo después, “Venezuela”. La primera vez que escucho “Venezuela”... quiero pensar que soy yo el protagonista de la historia (mi nombre de pila es Fernando), me gusta creer que la canción fue compuesta a raíz de nuestro encuentro tiempo atrás en Santander, y sé que no es así, pero cada vez que repite: -“...oh Fernando I’m so sorry, for the love you saved for me, but my heart is locked forever, in another lovely dream...”, no puedo evitar sentirme rechazado y, aunque sé que no es así, durante cinco minutos me gusta pensar que estuve toda la vida esperando para declararle mi amor (por su música), lo que ocurrió hace casi cinco años en el Rocambole de Santander.
Venezuela

That was such a lovely dream
the streets were golden in the sun
I’ve never been to Venezuela
but my family was all there
and my mother looked so young
Venezuela looked like Brooklyn
though the streets were twice as wide
children spun around the trees
little tops, little sufis
mamas smile from inside
oh Fernando I’m so sorry
for the love you saved for me
but my heart is locked forever
in another lovely dream
he approached me like a prince
and said he’s loved me all his life
he said he knew that I’d come here
that he’s been waiting all these years
that I’m meant to be his wife
and my sister was so jealous
of the love you had for me
she left, stomping ‘cross the square
rigid arms flying hair
her skirt had many layers and it bounced like Sandra Dee’s
oh Fernando I’m so sorry
whatever could I say
to a man I’ve never met
who’s the one who got away
I cried to see his heart so plainly
(for he was such a formal man)
handed to me like a daisy
in the presence of my family
from his damp and shaking hands
I said – Fernando, I can’t stay here
and a clock began to chime
and I opened up my shirt
and in its bony cage
ticked a paper valentine
oh Fernando I’m so sorry
for the love you saved for me
but my heart is locked forever
in another lovely dream
oh Fernando I’m so sorry
whatever could I say
to a man I’ve never met
who’s the one who got away
El pasado otoño no tuve la oportunidad de acercarme hasta Arrasate y escuchar las canciones de su nuevo álbum, "American standard", respaldada para la ocasión por el grupo canadiense BLUE MOUNTAIN. Ahora, tan sólo unos meses después, se nos brinda una oportunidad más cercana: Dayna Kurtz será también protagonista del ciclo “desconciertos 2010”, esta vez en el CASYC de Santander, el 21 de Mayo. Allí nos contará que la canción trata de un sueño, de varios sueños en realidad, que tuvo a consecuencia del “jet-lag”. Nos contará que un apuesto joven le pidió matrimonio en uno de esos sueños y que ella, apenada, no podía más que responder que ya estaba casada en otro sueño paralelo. Y yo seguiré pensando que es una suerte llamarse Fernando y seguiré soñando que no es casualidad que el protagonista de “Venezuela” se llame así.

Dayna Kurtz + Blue Mountain - Joy in repetition (Tivoli Utrecht - 27 January 2010)

Todas las fotos tomadas en el Café Antzokia, Bilbao 19-12-2007 © Alfonso Martinez

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