Llega uno del trabajo, desenchufado del mundo durante cuatro días, y nada más encender el PC se encuentra con un mensaje anunciando que Chuck Prophet suspende su actuación de Santoña.
Hace cinco años nos metió un chute de rock e ilusión a los cuatro que en el pueblo gustamos de la música en directo. Y digo cuatro porque ha habido desde entonces conciertos con más o menos asistentes, algunos conocidos del pueblo y alrededores, y otros muchos desconocidos, de Bilbao, de Santander y de vete tú a saber dónde, pero siempre que girabas la cabeza para ver el tendido te acababas cruzando la mirada con los cuatro de siempre (que para más cojones ni nos hablamos entre nosotros). Perdónenme el vocabulario pero es que estoy de mala h..... gaita.
El domingo 18, los cuatro llaneros teníamos la ilusión de que se repitiera (dificil de superar) el conciertazo que inauguró la sala Tropicana en lor de multitudes, multitudes que en cuanto hubo que pagar la entrada prefirieron quedarse en casa y disfrutar de “Fiesta del Sábado Noche”. No sé si se hubiera llenado el local, domingo por la noche... pero Chuck Prophet & The Mission Express no pasan todos los días por los alrededores, ni todos los años como parece ser que están dispuestos a frecuentarnos U2 o Bruce Springsteen. Era una cita ineludible, los que lo vivieron entonces estaban, estábamos, ansiosos por repetir y me consta que se iba a acercar gente desde más allá de las fronteras cántabras. En Bilbao, por ejemplo, toca en solitario y muchos de los que llenan el Antzoki para ver a Cracker, a Marah o a Lucinda Williams, estoy seguro de que el domingo se tomarían unas cervezas en Santoña.
Al parecer, problemas logísticos, supongo que relativos al transporte del equipo. Durante ocho días sin descanso visitará la geografía española, desde Cadiz hasta Vitoria, pasando por Huesca. Precisamente en Huesca tocará el sábado 17 con The Mission Express y el concierto de Santoña, previsto para el día siguiente, se sustituye por una actuación en Zaragoza sin grupo que lo respalde. El lunes 19 lo hará de la misma guisa en el colegio de abogados de la capital Vizcaína e intentaremos resarcirnos.
Pero así es como debería haber sido:
Nos debes una Chuck, o la organización, o las líneas aereas, o quién sea. Lo prometido es deuda.
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