miércoles, 19 de mayo de 2010

AMIGOS IMAGINARIOS en el Café de las Artes

El viernes pasado las canciones de “Muñecas Rusas” se hicieron realidad. ¿Pero, no eran ya una realidad?
Cuando un disco lo consigues por Internet, lo guardas en el disco duro y lo reproduces en tu MP3, no dejan de ser unos cuantos megas que ocupan un espacio virtual en tu ordenador, no se tiene la sensación de que sea algo real. Cuando el disco es una maravilla del calibre de “Muñecas Rusas”, la sensación de irrealidad es todavía mayor, como si algo tan bueno no pudiera haber sido facturado por alguien con quien puedas hablar, a quien puedas tocar. Pues bien, el viernes he tocado el disco con mis manos, he leído las letras , he podido escuchar esas canciones a escasos tres metros de la banda (os doy mi palabra de que son de verdad), y han sonado todavía mejor que en el álbum, han sonado vivas, les hemos visto el alma. Santi se ha abierto las entrañas (gesto que ha repetido literalmente en varias ocasiones a lo largo del concierto) -“…todas las canciones hablan de lo mismo”. La herida está curada, posiblemente cicatrizada, pero todavía duele. Se ha desnudado ante nosotros porque se sentía a gusto, porque vive sus canciones y porque a la banda le gusta interpretarlas, disfrutan tocando juntos. Es emocionante como cuando el segoviano es el protagonista (por ejemplo en “Vendiendo Arena”) el resto hacen coros, casi imaginarios, apartados del micrófono y sintiendo cada verso como suyo.
Y… hablando de “Vendiendo Arena”, es de esas canciones que provocan un escalofrío en la espalda, de las que justifican un concierto, quizás la mejor de la primera parte de la actuación, -“compuesta en un momento en que no tenía nada que decir”. Data del 2005 y demuestra que ya por entonces el señor Santi Campos era el genio que ha terminado por explotar. ¿Alguien tenía dudas acerca de quién es el mejor letrista de este país?
Pero vayamos al principio. “Ana y los Desastres”, una de las mejores piezas de su último disco, es la elegida para abrir la velada. No creo que haya sido fruto del azar. Ester brilla especialmente. La voz de Ester es preciosa, a pesar de lo cual no abusan de ella, simplemente interviene lo justo cuando la canción lo pide, como Neko Case en los New Pornographers. Y seguidamente, como para terminar de romper el hielo, “El Hombre Menguante”, su canción más pop, su último “single” (al menos virtual).

–“Quizá estemos tocando un poco alto...” “...pero es que somos un grupo de rock...”. El Café de las Artes tiene buena acústica, pero no muchos metros cuadrados y, claro, tampoco se trata de tocar como en una gran sala, a pesar de lo cual no deja de ser especial. Pronto muchas bandas pagarán dinero por actuar en un lugar que parece salido de los decorados de Alicia en el País de las Maravillas, donde además, el trato es amable y cercano, donde uno no puede evitar la sensación de sentirse como parte de un pequeño grupo de elegidos, al margen del resto del mundo. Tras un breve repaso a su discografía inicial, la segunda parte tiene como protagonista a la obra que vienen a presentar, y me gusta emplear la palabra OBRA porque después es muy fácil añadir MAESTRA. En “Cleopatra, Reina de Africa” Santi comienza cantando en solitario, un poco separado del micrófono y con el piano de fondo. Cada palabra que pronuncia le duele, cada tecla que pulsa Charlie es un puñal, y ese dolor se hace insoportable hasta que grita: -“Reías y besabas”. La canción estalla con la entrada del bajo y la batería, y... cuando parece imposible que pueda seguir creciendo, los coros de Ester acuden en su ayuda para cantar -”Ahora no quieres besarme”, y te rindes ante la mejor canción del álbum, grande en estudio, enorme en directo. La explicación del autor nos ayudó a comprender el por qué de la rabia al interpretar “Un poco más feliz”: -“...Hubo un tiempo en que hice responsable de mi escaso éxito a la falta de talento. A los músicos de mi entorno les iba mejor que a mí y acepté un hecho tan sencillo como que tenían más talento que yo. Decidí abandonar el mundillo y dedicar mis fuerzas y mi tiempo a la persona que más quería... a la persona que realmente me hacía feliz...” “...esta canción está escrita antes de que ella me dejara...”. Nunca volveré a escuchar esta canción como antes de conocer la historia y su versión en directo. Podría detenerme en cada una de los temas, pero... Quizá baste con decir que Charlie Bautista se salió. El órgano y el teclado en directo nos muestran matices que le hacen pieza fundamental en el sonido “amigos imaginarios”. Quizá baste con decir que Ester canta mejor que nunca, mejor que en el álbum, mejor que en ninguno de los discos anteriores. Quizá baste con decir que Jesús Montes y Sebastián Giudice, son el motor y el corazón de cada una de las canciones. Quizá baste con decir que se conocen perfectamente, su sonido es clásico, los silencios, muchas veces, son tan importantes como los solos de guitarra, beben de las fuentes del mejor rock americano y las muestran sobre las tablas con un directo que cerrando los ojos te hace pensar en THE BAND en el año 2010.
-¿Os lo estáis pasando bien?” “Nosotros también”. Llevaban un mes sin verse y se alegran sinceramente de volver a tocar juntos, disfrutando de hacerlo tanto o más que el público presente. Aunque tan larga inactividad le jugó a Santi una mala pasada con la letra de “Lobos e Insectos”, la comenzó a cantar hasta en tres ocasiones, Ester le chivaba la letra de la primera estrofa y, mientras tanto, Sebastián y Jesús mantenían el tipo, logrando incluso que quedara natural, como la versión remezclada del tema. Y siempre, contando con la complicidad de un público que, en momentos como el relatado, tuvo la sensación de que el grupo estaba actuando delante de un montón de conocidos, en una rara mezcla de confianza y la tensión propia de un concierto. En los bises llega el turno para la cover de Neil Young “The days that used to be”, que en su versión en castellano retitulada “Donde Yo solía vivir”, les pertenece tanto como el original al músico de Toronto. Y para finalizar: “Canción del Frío”. Era el día perfecto para interpretar el tema (llovía a mares en Santander). Estábamos en el lugar perfecto para interpretar el tema (una sala en absoluto silencio). Es la canción perfecta para concluir un concierto. No hay tema en el mundo que se pueda tocar después de “Canción del Frío”. ¿Alguien tenía dudas acerca de quién es el mejor letrista de este país?
La fiesta había terminado. Sin embargo, ante la insistencia del público, el grupo se dejó querer. Retomaron sus instrumentos y atacaron “The Weight”, ¿dije que no había tema posible tras “Canción del Frío”? Los cinco se suceden en el protagonismo vocal y el lucimiento instrumental. Los canadienses eran THE BAND, Amigos Imaginarios son LA BANDA. Dejaron bien claro por qué “se cargaron a ese tipo de barbas” que, hace casi cinco años, protagonizaba la portada del álbum que finalmente dio nombre al grupo.

2 comentarios:

  1. Bueno qué gozada de velada...me hubiera gustado tanto haber estado...su disco es fabuloso y verlo interpretar en directo imagino que más...
    Imagino se acercarán por Bilbao.
    Esperemos que si y que mi amigo Edu Orbezua se marque con ellos algún tema de los Shannons.
    Bueno you´re back...qué bien!
    The Band siempre The Band...como dice anónimo e todo, hasta lo bueno, parece cosa de niños cuando los comparas con King Harvest o In a Station o cualquiera de sus canciones.

    ResponderEliminar
  2. gran crónica de un gran concierto

    ResponderEliminar