A estas alturas, trece años después de su muerte, son miles, posiblemente cientos de miles, los blogs, webs y, por supuesto, los artículos impresos, que se han podido escribir sobre su figura. Así que no voy a contar nada que no se haya dicho ya, posiblemente, con mejor prosa y más información que yo.
El caso es que hablando con un amigo... (Tengo que puntualizar que la mayoría de mis amigos no tienen mucha idea de música, pero casi todos, lo que sí que tienen es muy buen gusto, están siempre abiertos a mis recomendaciones). Decía que hablando con un amigo, me comentó que había escuchado una canción y que era incapaz de quitársela de la cabeza, – “si, hombre, esa tan conocida del Hallelujah”. ¡Qué jodido! La del Hallelujah... Le digo que el autor es Leonard Cohen, cuando éste me replica que no, que sabe muy bien quien es Leonard Cohen y no era quien sonaba en la radio. Como la conversación hace ya unos cuantos días que tuvo lugar, y considerando que mi amigo vive en Bilbao, caí en la cuenta de que se tenía que tratar de Rufus Wainwright (Rufus actuó el pasado 9 de Mayo en el Euskalduna, así que es más que probable que su versión fuese la emitida a través de las ondas). –“Bueno esta canción la han versionado cientos de artistas, pero entre todos, Jeff Buckley la hacía especialmente estremecedora", le respondí.
Hubo un antes y un después de la versión que fue incluida en su debut discográfico, en realidad hubo un antes y un después de Jeff Buckley.
Tengo que reconocerles a mis amigos su capacidad de sacrificio para aguantar mis monólogos musicales. A veces, me doy cuenta a tiempo y corto, pero en esta ocasión el tema Jeff Buckley parecía interesarles de veras (a mi amigo y a una tercera, fémina ésta, cuyo interés aumentó cuando comenté que el tío, además de cantar como nadie, estaba bueno de cojones). No obstante, conocedores de mis nulas habilidades como orador, me emplazaron a dedicarles una entrada en el blog. Va por vosotros:
A partir de aquí, cualquiera que conozca cómo se las gastaba el hijo de Tim Buckley (con quien apenas tuvo un encuentro después de que los abandonara, a él y a su madre), supongo que puede dejar de leer. Le remito a futuras entradas en las que tenga algo nuevo que contar. Pero si eres de los que, como mis compañeros de conversación, nunca habías oído hablar de Jeff o, si lo conoces pero, quizás por dejadez, quizás por juventud (hace trece años de su desaparición) no te has acercado lo suficiente, espero que mis palabras te inciten a descubrirlo.
Muy pocas veces mi mujer y yo coincidimos, siempre hay una excepción: la pérdida de Jeff Buckley es irreparable. Me temo que sé por qué lo dice y no está relacionado con su capacidad vocal o su talento como compositor.
En 1994 entregó al mundo GRACE. Una obra difícil de catalogar que puso de acuerdo a toda la crítica y a buena parte del público: esa voz era lo mejor que le había sucedido al mundo de la música en mucho tiempo. Era especial, le gustaba grabar en directo, con la banda tocando simultáneamente, y a ser posible, en una toma, sin trampa ni cartón. Era un compositor fabuloso, pero cuando se encaraba con una versión ajena, la retorcía hasta hacerla suya. Después de él, ¿a ver quién se atrevía con la canción? Eso sucedió con “Hallelujah”. De hecho, mucha gente reconoce la canción como suya.
A la derecha de esta página hay una serie de álbumes que me llevaría a una isla desierta (socorrida metáfora para referirnos a los discos que de verdad nos importan). Faltan muchos, se irán añadiendo, no siempre nos acordamos primero de quienes más queremos. Supongo que a nadie le preocupe en exceso, pero sólo quería señalar que de quedarme sólo con uno, aunque no figure el primero de la lista, es posible que fuera GRACE. A lo largo de la historia son muchos los álbumes más influyentes y trascendentes, se me ocurren unos cuantos sin pensarlo: “Revolver”, “Highway 61 revisited”, “Exile on main street”, “Born to run”,... pero la emoción que transmite el debut de Jeff Buckley es muy difícil de conseguir, imposible de describir. Te guste el estilo que te guste, aunque no te guste la música, si escuchar el álbum no te pone la carne de gallina, entonces es que no tienes alma.
Nos quedará siempre la duda de si pudiera haber superado tamaña obra. Yo soy de los que piensa que Van Morrison nunca superó “Astral Weeks”, pero seguro que más de uno me lo discutiría. Y aunque así fuera, el destino y el Wolf River, nos privaron de ello, y nos privaron de su Moondance, de su Tupelo Honey, de su Veedom Fleece..., nos privaron de su genio.Y esta maravilla fue un descarte del álbum.
Jeffrey Scott Buckley (17 Nov. 1966 - 29 May. 1997)
Terrenos sacros, demasiado íntimos a pesar de que consiguió llegar a mucha gente, poesía en movimiento...escribo mientras escucho...y siento un calambre en la espina dorsal...sinceramente él, Nick Drake y Nina Simone canaban a calzón/braga quitada y es tan generoso por su parte...no Coco?
ResponderEliminarMira cuando escucho en lo profundo del insomnio su voz en los directos pienso que no hubiera podido resistir tanta belleza infinita...
Grace es Astral Weeks, Astral Weeks es Grace, Nina at the Piano es Pink Moon, Pink Moon es Nina at The Piano: Milagros.
Coco me has emocionado otra vez.Gracias.
Nota: Yo también creo que Astral Weeks es el top del gruñón...y mira que adoro otra media docena o más de él pero son otra cosa, en otra liga.Astral Weeks o Grace no pertenencen ya ni siquiera a sus autores, son estados de ánimo.
El tema es pelos de punta y la interpretación carne de gallina.¡Qué pena que se fuera tan pronto! Siempre que escuchamos las también maravillosas versiones de Leonard Cohen, la de Rufus o la del Dylan, nos acordamos de él.¡Vaya fecha hoy! Descanse en paz.
ResponderEliminarreacciones como empañamiento en los ojos y pelos de punta son las mas típicas despues de escuchar esto....voz de ángel y tema venido directamente del cielo....emoción máxima!! gracias por este momento tan maravilloso que nos has regalado acompañado de una entrada a la altura!
ResponderEliminarSaludos
Sencillamente fuera de este mundo... Yo también escribí un poco acerca de él en este día.
ResponderEliminarSaludos caballero... :)
Soy uno de ellos!...,uno de los que estaban en esa conversación,uno de tus discípulos musicales,uno de los que tatareaba el Aleluya de mala manera,un ignorante musical de los que tu dices,pero que al menos,están abiertos mental y auditivamente a dejarse atrapar por tus buenas propuestas musicales.Por cierto,hablando de esto último,me ha encnatado ese grupo, Munford y sons,buen descubrimiento.Gracias por tanto,por la dedicatoria de este video y el regalo,una vez mas,de la voz de Jeff B.que suena tan estremecedora y espiritual como la visión del cuadro "el angelus"de Millet.
ResponderEliminarLo de Supertramp ya es otro cantar,en mi época llegué a tener los 7 u 8 "cintas"que editaron y fuí un incondicional,era mi grupo número1,pero hoy,al reescucharlos,personalmente creo que, no resisten el paso del tiempo,lo siento,salvo algunos temos,me resulta un música nostálgica un tanto chiclosa y aflautada.
En todo lo demás,un 10 por tu página y un saludo de H.
Estoy bastante de acuerdo contigo, pero yo hubiera puesto esta interpretación en directo:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=vOoEYxt0PPA
La versión de estudio está genial pero nada puede superar una versión como esa. Gracias por el recordatorio, hacia un tiempo que no escuchaba a Jeff Buckley.
En tiempos también yo, como tantos otros, le dediqué una entrada. Una visión más que siempre se agradece. Los que estamos más metidos en el mundillo, consideramos de perogrullo la genialidad de personaje y mensaje, pero no podemos olvidar que la mayoría de la gente que nos cruzamos por la calle no tiene ni puñetera idea de quién es Jeff Buckley. Sigamos con esa ingrata labor de apostolado.
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